De vuelta a casa,
esta vez no resultó
vimos romper las cadenas.
Hoy el verdugo se tragó su vocación,
la muerte estuvo muy cerca.
Quiso gritar y fracasó,
la realidad lo sentenció.
Rabia y dolor en su corazón.
Un crimen que no cometió,
cinco años en el corredor.
Casi al final pudo respirar.