Me parece una injusticia Estar preso señor juez Por tirarle una pedrada al presidente Sé muy bien que en puntería nunca me he sacado un diez Y el objetivo no era darle a ese teniente Mi pedrada fue un rayón en el blindaje En la pena debe usted considerar Que mi piedra pretendía con su viaje Mi recurso ciudadano de poderme expresar Contra el nuevo inquilino de casa presidencial Con sus sueños peregrinos de inscribirse al carnaval Ese sueño que comienza cuando empieza a terminar Sabe cuantos sueños rotos caben en urnas de cartón Para que cuentan los votos si se repite la ecuación Y si le escribo alguna carta a la utopía Y de remitente mi nombre y dirección Seria como escribirle a la melancolía Y entregarme a la resignación A cuantos peces flacos ha mandado usted a guardar Como este que hoy le habla señoría A cuantos peces gordos ha dejado de juzgar Para darle de comer a la ironía Mi pedrada es otra raya para el tigre Inocente como el llanto de un patojo Si le toco el corazón déjeme libre Si le tocan la razón me pinta en rojo Mientras el nuevo inquilino de casa presidencial Con sus sueños peregrinos de inscribirse al carnaval De ese sueño que comienza cuando empieza a terminar Sabe cuantos sueños rotos caben en urnas de cartón Para que cuentan los votos si se repite la ecuación Y si le escribo alguna carta a la utopía Y de remitente mi nombre y dirección Seria como escribirle a la melancolía Y entregarme a la resignación Me parece una injusticia estar preso señor juez Y ni siquiera haberle dado a mi objetivo