Ya pasaron tres semanas y mi fe	
se escapó por la ventana.
Ya contesto el teléfono tranquilo
y no con aquellas ansias de escuchar
que me extrañabas, aunque fuera
una más de tus mentiras
pero me quedé esperando y esperando.
Te has salido de mi vida.
Te busqué donde me han dicho 
que te vieron y me saludó tu ausencia.
Las miradas de la gente me vistieron
de total... indiferencia.
Estas ganas de abrazarte sin tenerte
tienen mi cuerpo temblando.
Pues eterno es este tiempo de no verte
y seguirme preguntando.
No sé a dónde te me fuiste
Que de ti ya no sé nada.
Al principio un poquito me buscabas
y eso mal que bien a mi
me consolaba.
Te me desapareciste 
como agua entre mis manos,
solo han sido tres semanas y yo siento 
que pasaron muchos años.