Aquí ya hemos terminado,
Amigo mío se acabó.
Acércate, dame un abrazo, 
Que este infierno remitió.
Esperadme aquí un momento,
Cuida de esta posición,
Comprobaré que terminamos la misión.

Fue acabar estas palabras y nadie le volvió a ver
Después de aquella victoria,
Solo un loco Coronel,
Renunciaría a una gloria,
Que él jamás logro entender,
Eligió cargar su arma con un clavel.

Cuando los demás dormían se escapaba a la cantina,
Y llorando le contaba a una mujer,
Que si el honor y la victoria,
Valen más que las personas,
Es que no hemos aprendido nada...

De las lágrimas que visten tu cara,
De la tristeza que esconden tus miradas,
De la vergüenza que siente mi alma
Cuando nadie canta esta canción.
En la que digo que no me da la gana,
Y hacer como que no sé nada
De cada vida que se marcha,
Sin decir adiós.

Después de cada batalla
Se encogía su corazón,
Él debía mostrar orgullo
Cuando solo sentía horror.
Preguntaba siempre al cielo
¿Quién había ganado qué?
Pero nunca nadie supo responder.

Cuando los demás dormían se escapaba a la cantina,
Y llorando le contaba a una mujer,
Que si el honor y la victoria,

Valen más que las personas,
Es que no hemos aprendido nada...

De las lágrimas que visten tu cara,
De la tristeza que esconden tus miradas,
De la vergüenza que siente mi alma
Cuando nadie canta esta canción.
En la que digo que no me da la gana,
Y hacer como que no sé nada
De cada vida que se marcha,
Sin decir adiós.
De las lágrimas que visten tu cara,
De la tristeza que esconden tus miradas,
De la vergüenza que siente mi alma
Cuando nadie canta esta canción.
En la que digo que no me da la gana,
Y hacer como que no sé nada
De cada vida que se marcha,
Sin decir adiós
Sin decir adiós