Nunca hubo hombre tan libre,
nunca tan fuerte como él.
Libre le hizo su alma,
fuerte le hizo su fe.

Su caminar era lento
y sus palabras también,
y, vagabundo, llorando, se fue.

Hablaba de
amor y libertad.
Nada jamás
le pudo sujetar.

Lágrimas tiene el camino
que el vagabundo dejó:
Llanto perdido
que el viento alejó.

Por los pueblos que pasaba,
en todos ellos contó
lo que el hambre le enseñaba
y de la sed que pasó.

Pero nadie le escuchaba
y se reían de él,
y, vagabundo, llorando, se fue.

Oh, no, no, no...
Jamás le olvidaré.
Hablaba de:
el hambre y la sed.

Lágrimas tiene el camino
que el vagabundo dejó:
Llanto perdido
que el viento alejó.

Lágrimas tiene el camino
que el vagabundo dejó:
Llanto perdido
que el viento alejó.