Vivo en un saco pegado al suelo, de donde veo gente pasando, y cuando salgo, entonces pienso, mejor me quedo. Vivo en un saco lleno trastos, de donde oigo gente hablando, ya cuando salgo, entonces pienso, mejor me callo. No soy robot, tengo corazón, mi reloj son el sol y las olas, no soy robot, enchufado a los tiempos que corren. No soy un cabrón, ni un predicador, no juego a farol y si palmo, palmo, dicen que estoy acabado, pues podría ser que sí.