Cuando pasaron los días se acabaron las carisias, 
Sin importarles el tiempo ni quien los separaría, 
Ella quisiera esconder los tres versos de su piel, 
Cuando a su lado camina, deslizando su tacón, 
En compases de reloj, donde se pierde la vista. 

Y su cuerpo por la noche lo tomo con mil cariños, 
Y dormidos poco a poco despertaron los sentidos, 
Y jugaron al amor, retozando como niños. 

Cuando a lomos de la cama los tres versos de su piel 
Entre sabanas de miel se posan en la almohada, 
Para alejarse mañana, para alejarse mañana. 

Y entretuvieron el canto y se rieron del llanto 
Ya que nunca hubo engaño, porque nunca se compraron. 

Y algún día en la mañana, se recordaran las caras, 
De su mente alborotada, retornaran olvidadas, 
Y una picara sonrisa se dibujara en sus almas.