¿Y qué hago ahora con el odio que he guardado en la piel lo guardo para mí solo o lo suelto a tutiplén? Odio que va acumulado sin yo quererlo saber, un odio desencajado que no puedo contener. Odio a políticos todos si es que España va bien. Odio perder siempre el tiempo para mal o bien. Odio que se me hace odioso espejo que a mí me ve. Odio el corazón de piedra que no quiere comprender. Odio al odio que no ve Odio al odio. Un odio domesticado, un odio con bachiller, un odio bien motivado que ha aprendido a responder. Odio comerme el coco de dudar si lo hago bien. Odio al que parte la tarta, odio el sabor del pastel. Odio que espera rabioso a salir para morder. Un odio voluminoso que no quiere obedecer.