Un adiós sin razones 
unos años sin valor... 

Me acostumbré a tus besos 
y a tu piel color de miel, 
a la espiga de tu cuerpo, 
a tu risa y a tu ser. 

Mi voz se quiebra 
cuando te llamo 
y tu nombre 
se vuelve hiedra 

Que me abraza 
y entre sus ramas, 
ella esconde mi tristeza... 

Algo de mí 
algo de mí 
algo de mí 
se va muriendo... 

Quiero vivir 
quiero vivir 
saber por qué 
te vas, amor... 

Te vas, amor 
pero te quedas 
porque formas 
parte de mí... 

Y en mi casa 
y en mi alma 
hay un sitio para ti... 

Sé que mañana al despertar 
no hallaré a quien hallaba 
y en su sitio habrá un vacío 
grande y mudo como el alma...