No me voy a cansar de decirte, no me voy a cansar de pedirte, todo lo que no te pidió nadie. Todo lo que no te dijo nadie, No me voy a cansar. Que no me duermo, si no estás. Que no respiro, si te vas. Que cada noche encuentro mi paz al verte. Y los dos besos que me diste ayer, los he guardado y hoy los bordaré. Para que sepas, que nunca me cansaré de decirte, todo aquello, que jamás te dijo nadie. De perderme, en cada beso, por el hecho de encontrarte. De escucharte, cada noche, como nunca lo hizo nadie. De vestirme, con tus recuerdos, por el miedo de olvidarte. No me voy a cansar de buscarte. No me voy a cansar de entregarme. Todo lo que no te buscó nadie. Todo lo que no se entregó nadie, no me voy a cansar. Que no sonrío, si no estás. Que no me entiendo, si te vas. Que cada noche el verso es saber que vuelves. Cada abrazo que me diste ayer, los he guardado y hoy los perderé. Para que sepas, que nunca me cansaré de decirte, todo aquello, que jamás te dijo nadie. De perderme en cada beso, por el hecho de encontrarte. De escucharte, cada noche, como nunca lo hizo nadie. De vestirme con tus recuerdos, por el miedo de olvidarte. Las tormentas que hablan momentos de espera, Un reloj y una vela. Por decirte, todo aquello, que jamás te dijo nadie. De perderme, en cada beso, por el hecho de encontrarme. De escucharte, cada noche, como nunca lo hizo nadie. De vestirme, con tus recuerdos, por el miedo de olvidarte.