Una redada en la calle, una mirada sin voz, un ralentí de coraje y un barrio susurrando amor. Un discutir entre fichas en la escala del dominó, un manantial de cerveza y el humo de un porro a las dos. Si tapas tú, tapo yo, tápalo y déjalo, no lo remuevas, por dios. Si tapas tú, tapo yo, tápalo y entiéndelo, no se lo cuentes al sol. No, no... tu barrio hecho canción. El que te lo robó, el que se lo inventó, el mismo que te habla de amor. El que lo dibujó, el que se lo quedó. Es tu barrio, mi barrio, hecho canción. Una contínua del tema, un par de lunes al sol, un equilibrio en la barra y un verso que rima con no. Si tapas tú, tapo yo, tápalo y déjalo, no me lo cuentes, por dios. Si tapas tú, tapo yo, tápalo y entiéndelo, no se lo cuentes al sol. No, no... tu barrio hecho canción. El que te lo robó, el que se lo inventó, el mismo que te habla de amor. El que lo dibujó, el que se lo quedó. Es tu barrio, mi barrio, hecho canción. Las calles, los verbos, los bares, los dueños, los premios, los barrios, los perros, los cantaores, los camellos, las verbenas, las palabras, los sueños, los perros… Los senderos que hablan de premios no devuelven más que sucio silencio, los paisajes que gritan recuerdos me devuelven sabores sin verbo y los verbos que tienen te quiero son las calles, son las calles que llevan al gueto.