Deja que el viento entre y se lleve todo lo que nos sobra, deja que las raíces beban el agua que necesiten, deja que los colores vuelvan a serlo todo, y deja que aquella magia nos resucite. Cuéntame con detalle para contárselo a la esperanza, cuéntame como sabes que viene ruido y no la calma, deja que los rencores salgan por donde entraron, y deja que no haya nadie que lo marchité. Cuando amanezca tormenta, no vale dormir. Cuando los versos no bailen, no vale dormir. Cuando los premios no sean perfectos, cuando la vida no entienda de besos, cógeme fuerte la mano y si duele pa' mí. Donde las manos no mandan, no vale pedir. Donde la rima no entienda, no vale pedir. Cuando la espera no sea sincera, cuando la pena se quede a tu vera, cógeme fuerte la mano y su duele pa' mí. Piensa poquito a poco lo que pretende la cobardía. Vuelve por donde huías, y dos sonrisas por cada huella. Tira de los cordones que abren esa ventana, coge nuestro principio, y me lo regalas. Cuando amanezca tormenta, no vale dormir. Cuando los versos no bailen, no vale dormir. Cuando los premios no sean perfectos, cuando la vida no entienda de besos, cógeme fuerte la mano y si duele pa' mí. Donde las manos no mandan, no vale pedir. Donde la rima no entienda, no vale pedir. Cuando la espera no sea sincera, cuando la pena se quede a tu vera, cógeme fuerte la mano y su duele pa' mí. Dámelo, dámelo pa' mí. dámelo.