Yo vine al mundo a adorar a las mujeres,
y de mujeres está rodeado mi destino
aunque hay algunas que conmigo
han sido crueles, otras en cambio me han
llenado de cariño.

Desde el momento en que mi madre
a luz me diera y me arrullara cariñosa
entre sus brazos, son las mujeres para mí
la vida entera, parte importante
de mis triunfos y fracasos.

Es la mujer divino ser que Dios
al hombre concedió para alegrarle
el corazón con su presencia
y hasta la fecha no hay placer
como el que brinda una mujer
cuando se entrega sin medidas ni reservas.

Yo no soy de ésos que se sienten
superior a la mujer. Yo me declaro
dócilmente dominado y como dice la canción:
"No hay en el mundo ni un varón que por amor
a una mujer no haya llorado".

Es la mujer claro ejemplar de los misterios,
jamás se sabe cuál será su trayectoria,
tiene la gracia de mandarnos al Infierno,
pero si quieren con amor nos dan la gloria.

Yo soy feliz con sólo verlas de cerquita,
pues todas tienen de mi mal la medicina,
cualquier dolor, pena o coraje se me quita
teniendo enfrente una silueta femenina.

Es la mujer divino ser que Dios
al hombre concedió para alegrarle
el corazón con su presencia
y hasta la fecha no hay placer
como el que brinda una mujer
cuando se entrega sin medidas ni reservas.

Yo no soy de ésos que se sienten
superior a la mujer. Yo me declaro
dócilmente dominado y como dice la canción:
"No hay en el mundo ni un varón que por amor
a una mujer no haya llorado".