Flotan sobre mí
tantas voces en la oscuridad,
que amenzan mi serenidad.
Me proponen invadir
mundos diferentes.

Tengo dudas que nadie podrá
resolverme
y mi mente se viste otra vez
de confusión.
Pero nunca me faltó la solución.
Y es la mejor.

Cuando se trata de decir
lo que mi vida debe oir,
habla el corazón
y lo escucho yo.
Cuando se trata de ordenar
por donde debo caminar,
habla el corazón
y obedezco yo.

Nadie
me conoce como él.
Hasta el final
lo hace todo por mi bien.
Se carga de razón
y no me engaña nunca.
Por eso estoy segura
de su fidelidad.

Cuando se trata de decir
lo que mi vida debe oir,
habla el corazón
y lo escucho yo.
Cuando se trata de ordenar
por donde debo caminar,
habla el corazón
y obedezco yo.

No me prometió jamás
llevarme hasta la luna.
Nos conformamos con andar
por la tierra nada más.