Ella entra, cierra la puerta tras de sí 
y cruza el cuarto en diagonal, 
parten dos escafandristas, en la penumbra, 
rumbo al mundo abisal. 
La piel florece, fosforece, 
va dejando una estela de aurora boreal, 
todo pasa muy lentamente en el mundo abisal. 

Inmersión, inmersión, 
cerremos las compuertas, 
aventurémonos hacia las inciertas profundidades, 
Inmersión, inmersión, 
vayamos verticalmente a la deriva 
dejando que el vértigo nos acaricie, 
viendo alejarse allá arriba la superficie. 
Inmersión, inmersión 
bajar y bajar hacia las alturas 
donde apenas dura la luz del día 
donde reina una oscura sensación de algarabía, 
las ganas tuyas, las ganas mías 
la daga fría apretada entre los dientes, 
la draga clarividente de la melancolía. 

Extrañas criaturas resplandecientes, 
tan lejos de lo común y lo corriente, 
muestran los dientes en el mundo abisal. 

Ella entra cierra la puerta tras de sí 
y cruza el cuarto en diagonal 
parten dos escafandristas en la penumbra 
rumbo al mundo abisal…