Nunca llegó a la hora apropiada, o pronto o tarde, cuando ya no queda nada. Oigo campanas y nunca me entero dónde oí tus palabras en un río que se esconde. Y ya ves, otra vez he llegado tarde a mi deber y ya ves, y demasiado tarde a tu querer y ahora estoy sólo. Solo a la puerta o mirando en la ventana solo en la fiesta, con lágrimas en el alma solo esperando que algún día llegue a tiempo solo esperando que vuelvas a mi recuerdo. Y ya ves, otra vez he llegado tarde a mi deber y ya ves, y demasiado tarde a tu querer y ahora estoy sólo. Voy a buscarte al otro lado del cielo voy a buscarte enredado entre tu pelo voy a encontrarte, aunque sea dando hachazos para amarte entre las ramas de mis brazos. Y ya ves, otra vez he llegado tarde a mi deber y ya ves, y demasiado tarde a tu querer y ahora estoy sólo.