El Pajarillo

Montez De Durango

Maquillaje a granel usaba a diario 
y vendía su piel a precio caro, 
de las ocho a las diez en una esquina 
era joven e infiel, era rosa y espina 
Y se llamaba no sé, nunca lo supe, 
nunca le pregunté, nunca dispuse 
de su tiempo en su piel era un mocoso 
y tan solo le miré de pozo en pozo.

Y era un pajarillo de blancas alas, 
de balcón en balcón, de plaza en plaza, 
vendedora de amor, ofrecedora, 
para el mejor postor de su tonada.

Cinco inviernos pasaron y ahí seguía 
la misma hora de ayer, la misma esquina, 
era joven y fiel y aún tenía la rosa de su piel 
y más grande la espina.

Y sonreía al pasar de los mirones, 
bajo de aquel farol, noche tras noche, 
veinte veces se la llevaron presa 
y canto su canción tras de las rejas.

Y era un pajarillo de blancas alas, 
de balcón en balcón, de plaza en plaza, 
vendedora de amor, ofrecedora, 
para el mejor postor de su tonada.

Saludos a Hidalgo, Estado de México, Tlaxcala

Se le arrugó la piel, 
y el maquillaje suficiente no fue para taparle 
la huella que dejó el sexto invierno, 
se le acabó el color y hasta el aliento, 
Y de las ocho a las diez solo en la esquina 
se quedó aquel farol, 
y aquella espina la rosa lo selló ¿dónde se iría? 
se llamaba… no sé… y sonreía

Y era un pajarillo de blancas alas, 
de balcón en balcón, de plaza en plaza, 
vendedora de amor, ofrecedora, 
para el mejor postor de su tonada.