El hombre vino del mar.
Piel oscura, ojos pequeños,
las manos llenas de sombras,
las sombras llenas de sueños.

Y a cambio de una cerveza,
por la noche, en la cantina,
con exótica destreza,
regalaba sombras, 
sombras de la China.

Sombras de la China,
sombras de la China.
Vea correr la liebre por la cortina,
al ganso haciendo el ganso,
al héroe y al villano.

Las manos del sueño
siempre traen un sueño
de la mano.

El amor vino en Abril
recitando viejas coplas;
las manos llenas de besos,
los besos llenos de sombras.

Y con las primeras nieves
se escapó entre bambalinas
dibujando en las paredes
sombras y más sombras
sombras de la China.

Sombras de la China,
sombras de la China.
Vea a Pierrot llorando por Colombina,
al lobo de la estepa
aullar al cielo en vano.

Las manos del sueño
siempre traen un sueño
de la mano.

La vida vino del Sur
y se me llevó con ella.
Las manos, llenas de sombras;
las sombras, llenas de estrellas.

Y con ella voy y vengo
fijo en que al volver la esquina
lo que soy y lo que tengo
solo serán sombras,
sombras de la China.

Sombras de la China,
sombras de la China.
Vea correr la liebre por la cortina,
al ganso haciendo el ganso,
al héroe y al villano.

Las manos  del sueño
siempre traen un sueño
de la mano